Se tomo una foto & cuando el doctor la vió de cerca le recomendó que abortara, entonces ella hizo esto…

Fue algo totalmente inesperado, todos entendían que el proceso se estaba desarrollando de normal y pensaban que estaba esperando gemelos.


En muchas ocasiones la vida nos coloca ante situaciones muy complicadas que nos obligan a tomar decisiones que pueden impactarnos por el resto de nuestra vida. Algo parecido fue lo que vivió Sammi Edes, una joven madre australiana de 29 años, que a pesar de los temores se negó con valor y coraje a la recomendación de los médicos de abortar.

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Para ella fue algo totalmente inesperado, todos entendían que el proceso se estaba desarrollando de normal y pensaban que estaba esperando gemelos. Pero cuando cumplió 20 semanas fue sometida a una ecografía y para sorpresa de todos y asombro de los doctores escucharon un tercer corazoncito latir.

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Los médicos no entendían como no habían detectado antes esta situación, pues ya le habían practicado varios estudios y ecografías, y en ninguna se observó un tercer bebé. En medio de la maravillosa sorpresa los médicos le dieron un motivo para preocuparse, y es que al momento de observar detenidamente al tercer bebé descubrieron que los tres niños estaban adquiriendo sus nutrientes de la misma placenta.

Un equipo de medios exhortó a la madre que abortara inmediatamente el tercer bebé, porque los tres no podían obtener suficiente alimentos de la misma placenta. Le informaron de no hacer esto pondría en riesgo la vida de los otros dos, y que uno o dos podrían tener la posibilidad de sobrevivir pero el tercero era complicado.

Ella se encontraba muy conmocionada, pero  tomó una decisión y seria definitiva: no podía abortar a su tercer bebé, sin importar las recomendaciones de los expertos, dijo que no quería jugar a ser dios y que todos merecían la misma oportunidad de vivir.



10 Semanas después llegaron al mundo los tres hermosos niños y los llamaron: Geoffrey, Hunter y al tercer bebé lo llamaron Thomas. Para sorpresa de los doctores todos estaban sanos y desarrollándose de manera normal.

Después de nacer los médicos decidieron analizar la placenta para ver cómo había sido posible que estuvieran sanos. Inyectaron líquidos de color en los extremos de los tres cordones umbilicales para ver qué parte se conectaba con cada bebé.

El resultado es una imagen espectacular pero que demostró que el alimento que Thomas recibía era menor que el de sus hermanos.

Sammi está feliz de haber confiado en su instinto en lugar de las advertencias de los médicos. Sammi cree que todo pasa por una razón y ahora está compartiendo su historia con todas las madres que no están segura sobre tomar decisiones correctas respecto a sus futuros bebés.