"MI DIOS NO QUIERE QUE ESTÉ PRESO": Madre de 'El Chapo' Guzmán

“Pues ya estaría de Dios”, les repetía doña Consuelo, “pero no les durará mucho el gusto, pues con un gaznatazo tengo pa’ que acaben conmigo.”

La madre de el líder del cartel de Sinaloa, no se esconde. Un grupo de reporteros la entrevistaron dos veces en su casa, durante las últimas semanas. Se detalla una mujer religiosa y aguerrida que deja en las manos de Dios el destino de su hijo, tomando en las de ella la suerte de un rancho confiscado por los elementos de la Marina. 

DURANTE LA ENTREVISTA, CONSUELO LOERA PÉREZ, MADRE DEL CAPO MENCIONÓ: “MI DIOS NO QUIERE QUE ESTÉ PRESO; POR ESO ÉL PONE LOS MEDIOS PARA QUE ÉL SALGA Y EL GOBIERNO NO ENTIENDE ESO”. 

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Consciente de que “El Chapo” Guzmán es mundialmente una leyenda, la señora de 87 años de edad utiliza el respeto que su vástago concita entre militares y vecinos: “Por lo pronto –le dijo al marino que custodiaba su finca incautada– quisiera llevarme esos puerquitos que andan por ahí regados”. “¡Por favor, lléveselos!”

A cuantro días antes de la recaptura de Joaquín Guzmán Loera, la madre de el capo, enfrentó a la Marina que les exigía la devolución de un rancho asegurado por las autoridades, junto con cientos de cabezas de ganado, pero también que estaría difícil que atraparan a su hijo.  

LOERA PÉREZ, CONFIABA AL MENOS QUE EN EL FUTURO INMEDIATO, A SU HIJO NO LO TOCARAN.“SI ESTÁ LIBRE ES PORQUE DIOS ACOMODÓ TODAS LAS CONDICIONES PARA QUE SE ESCAPARA, Y POR ESO ANDA LIBRE, PORQUE MI DIOS ASÍ LO QUIERE”, DETALLÓ DOÑA CONSUELO. 

Por lo tanto, para los vecino de Badiraguato, “El Chapo” además de ser un capo, era más que un mito, como también lo eran para los marinos que se dirigian con la mamá del hombre más buscado en el mundo como “la madre de una leyenda”. 

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Todo acabó el pasado 4 de enero. Consuelo Loera Pérez, estaba molesta porque el pasado 10 de diciembre el gobierno le aseguró su rancho La Lagunita.

En tres semanas, la señora Loera, quizo que le desalojaran su propiedad, hasta que llegó al grado de no esperar más, armándose de valor, reaccionó de una manera en que nadie en la sierra se habría atrevido a realizar: enfrentar a los marinos.

Fuente: Proceso.