Mataron a 'El Chapito' afuera de una cantina

“El que vive recio, recio acaba. Se la pasaba todo el día en estos lugares y más en la madrugada”, era unos de los comentarios que se escuchaba en el lugar

Se trataba de Gilberto Lazcano Cebreros de 43 años conocido como “El Chapito” de la colonia Miguel Hidalgo,  quien había sido ejecutado con arma de grueso calibre.


Hecho violento.
Alrededor de las 19:40 horas, los llantos de sirena de una ambulancía, avisaba la llegada de paramédicos de Cruz Roja a las afueras de la cantina localizada por la calle Juárez entre Sepúlveda y Guerrero en el sector centro. Estos al ver tirado boca abajo a Gilberto, con apreciables heridas de bala en su cuerpo, rápidamente lo revisaron, pero ya no respondía a sus signos vitales. “El Chapito” traía disparos en ojo derecho, espalda y rostro. Policías municipales acordonaban los alrededores para prohibir tanto el paso de peatones como de vehículos.

Al mismo tiempo investigadores subían a un automóvil, a una mujer, quienes según testigos, era amiga del infortunado y quien se encontraba presente al momento de la ejecución. Poco a poco se fue poblando de quienes en vida conocían a “El Chapito”, ya que indicaron que a esta persona le gustaba visitar dicha cantina, además de otra muy cercana.

“El que vive recio, recio acaba. Se la pasaba todo el día en estos lugares y más en la madrugada”, era unos de los comentarios que se escuchaba en el lugar, ya que dijeron Gilberto era un hombre que sabía pelear, y que era raro la persona quien lograba ganarle. Además de que lo conocían como una persona de carácter fuerte. Algunos no podía creer su muerte, pues mencionaban que apenas así pudieron vencerlo.


Personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) arribaban a la escena del crimen para iniciar con las labores de investigación de campo. En cuanto a como se registró el atentado, sólo se dijo que presumiblemente el responsable viajaba en un automóvil blanco. Este llegó, y al ver que su víctima estaba afuera de la cantina, le disparó a quemarropa en repetidas ocasiones hasta verlo caer mal herido. Un hermano del fallecido llegó a reconocerlo en el lugar, atrás de él, en un taxi, acudía la mamá de Gilberto Lazcano.

Lo hallado.
Nueve casquillos percutidos para arma de fuego .9 milímetros estaban tanto en la entrada del bar Jardines del Humaya como cerca del cadáver. Los indicios fueron asegurados por peritos de la PGJE. Finalmente, concluidas las diligencias, un representante del Ministerio Público atestiguo el homicidio y ordenó que el cuerpo fuera depositado en el anfiteatro para que se le practicara la autopsia de ley.