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Gran amenaza del Cártel Jalisco Nueva Generación

 Estados Unidos incluyó este miércoles en su lista negra a dos cárteles considerados entre los más poderosos de México, por jugar un papel importante para el tráfico internacional de drogas.
La Oficina de Control de Activos (OFAC, por su sigla en inglés) incluyó también a sus líderes Nemesio Oseguera Cervantes y Abigael González Valencia, del cártel de Jalisco Nueva Generación y de los Cuinis, respectivamente. Éste último fue detenido a finales de febrero pasado por autoridades mexicanas.


Pese a la constante detención de sus lugartenientes y jefes de células, el grupo criminal muestra una rapidísima recuperación. Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del CJNG, hoy es uno de los narcos más buscados.


Con al menos 5 órdenes de aprehensión en su contra e investigado por la masacre de elementos de la Gendarmería Nacional en Ocotlán Desde el occidente, hacia el norte y hacia el sur del país, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Avanza a pasos agigantados a la conquista de territorios y rutas del narcotráfico que han sido debilitados tras las recientes caídas de líderes de las organizaciones criminales de Sinaloa, el Golfo y los Caballeros Templarios.



Trasiego de drogas, cobro de derecho de piso, tráfico de armas, secuestros, extorsiones, robo de hidrocarburos y el asesinato de funcionarios públicos son las cartas de presentación del grupo criminal que ha demostrado más poder de recomposición en los últimos años en México.

La balacera en Ocotlán, Jalisco, en la que se dispararon más de dos mil balas y murieron once personas, entre ellas cinco elementos de la Gendarmería Nacional, reafirmó el poderío de fuego que tienen las células del CJNG, aunado a la crueldad que ya habían manifestado con la matanza de Boca del Río en septiembre de 2011 cuando abandonaron 35 cuerpos ejecutados frente a la zona turística de Veracruz.

Tras la caída de capos del narcotráfico como Joaquín “El Chapo” Guzmán, Servando Gómez “La Tuta” y Omar Treviño Morales “El Z-42”, el líder del Cártel de Jalisco, Nemesio y/o Rubén Oseguera Cervantes “El Mencho” se convirtió en uno de los principales objetivos de las Fuerzas Federales.

Ante la confusión que genera el surgimiento de múltiples pandillas o células de grupos criminales en México, en septiembre del año pasado la Procuraduría General de la República (PGR) salió a “aclarar” que la dependencia reconoció la operación de nueve cárteles del narcotráfico y que siete de ellos controlan al menos 43 células o bandas criminales.

Las organizaciones delictivas reconocidas por la PGR son los cárteles de Sinaloa, Arellano Félix, Familia Michoacana, Carrillo Fuentes, Beltrán Leyva, Los Zetas, El Golfo, Caballeros Templarios y el Cártel Jalisco Nueva Generación. La autoridad ministerial señaló que el Cártel del Golfo es el que más ramificaciones tiene, con 12.

Traiciones y alianzas

La aparición del CJNG en el occidente del país se sitúa a mediados de la década pasada como una célula del Cártel de Sinaloa que operaba en Jalisco el extinto capo Ignacio “Nacho” Coronel Villareal en alianza con el líder del Cártel del Milenio o de Los Valencia, Óscar Orlando Nava Valencia “El Lobo”.


La detención en octubre de 2009 de “El Lobo”, en Zapopan, resquebrajó al grupo criminal michoacano que consideró la captura como una traición de los de Sinaloa; sin embargo, pese a ello, una facción del Milenio decidió continuar con los de “La Corona” de Ignacio Coronel, por lo que sus opositores les bautizaron como “Los Torcidos”.

Los disidentes conformaron el clan de “La Resistencia”, o “MFG”, denominado con esas siglas por la alianza pactada entre los cárteles del Milenio, la Familia Michoacana y el Golfo, quienes combatieron contra el CJNG por los territorios de Jalisco y Michoacán. A la muerte de “Nacho” Coronel, abatido en julio de 2010 por el Ejército, los combates se recrudecieron.

La disputa entre los que fueron considerados “cárteles de temporada”, nacidos ambos del vientre del Cártel de Sinaloa, pero divorciados en sus intereses, era alternada con otra guerra, la de impedir que Los Zetas penetraran en sus terrenos como lo intentaron en diversas ocasiones. Finalmente los de Jalisco se emanciparon de los de Sinaloa y avanzaron a la conquista de las diferentes rutas.

“Los Matazetas”, como también se hacían llamar en un principio, aterrorizaron a México y al mundo entero el 20 de septiembre de 2011 cuando frente a una popular plaza en la zona turística de Boca del Río-Veracruz abandonaron 35 cadáveres de presuntos miembros de Los Zetas. Se trataba de 23 hombres y 12 mujeres que estaban a bordo de dos camionetas.

A partir de entonces, el Cártel Jalisco Nueva Generación reivindicó sus crímenes a través de videos publicados en redes sociales, ofreciendo disculpas a la sociedad por sus formas y señalando que terminarían con delincuentes comunes y con sus rivales de La Resistencia y sobre todo Los Zetas.

Nuevas formas



Al asumir el poder de la organización de narcos de “nueva generación”, Erick Valencia Salazar “El 85” y Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, pusieron un sello especial a su dirigencia. La violencia extrema y novedosos métodos de difusión de sus crímenes. Colgaron cadáveres en puentes, dejaron narcomensajes, deshicieron cuerpos en ácido y asesinaron a mandos policiales.

La detención en julio de 2011 de Martín Arzola Ortega “El 53”, uno de los fundadores del CJNG y presunto coordinador de células de la organización criminal, desató violencia en Jalisco. Policías municipales, investigadores, jefes de división y agentes del Ministerio Público de la Procuraduría General de Justicia local cayeron víctimas de las balas. Los narcos exigían “se les dejara trabajar”, que las autoridades no protegieran a otros grupos y “cumplieran lo pactado”.

Ante la incapacidad de las autoridades de Jalisco, en 2012 el gobierno federal tuvo que intervenir con acciones de inteligencia. Atraparon a los líderes de La Resistencia e iniciaron una ofensiva contra el CJNG que parecía acabarían con sus miembros y dirigentes.

El 9 de marzo de ese año, en un operativo militar en Zapopan, fue apresado Erick Valencia junto a dos de sus lugartenientes. “El 85” se voló varios dedos de una mano al estallarle muy cerca una granada que intentó arrojar para impedir su captura. Resguardaba 37 armas de fuego, 69 mil cartuchos, granadas y equipo de radiocomunicación.


Ese mismo día la zona metropolitana de Guadalajara fue desquiciada con el bloqueo de importantes calles y avenidas. Autobuses de transporte público y vehículos fueron incendiados en represalia por la detención de Valencia Salazar. La organización quedaba totalmente bajo control del “Mencho”.

El complicado nexo del Cártel Jalisco Nueva Generación con el Cártel de Sinaloa aún se mantenía a través de las negociaciones que se realizaban dentro del penal de Puente Grande, entre el narcotraficante y secuestrador José Manuel Garibay Félix “El Gordo” o “El Manuelito” y los representantes del “Chapo” Guzmán en la plaza.

Garibay se convirtió en un capo de presidio, donde se resolvían importantes negocios ilícitos del exterior. Era una pieza importante para mantener el contacto entre los jefes de ambas organizaciones criminales. Tan fue así que cuando “El Gordo” fue liberado en junio de 2012, tuvo que regresar a vivir al reclusorio –sin ser interno– para controlar la vida carcelaria y continuar con las componendas. Su intención era irrumpir con el Cártel Jalisco en Sonora y Baja California, pero en febrero de 2013 fue torturado y asesinado. Su cuerpo arrojado en la carretera a Zacatecas.

“El Mencho” Oseguera

Rubén Oseguera Cervantes, que también utiliza los nombres de Nemesio Oseguera Cervantes, Nemesio Oseguera Ramos y Lorenzo Mendoza, entre muchos otros, alias “El Mencho”, es un narcotraficante originario de Chila, Michoacán. Tiene aproximadamente 50 años de edad e inició actividades criminales para los hermanos Valencia.

Hoy es uno de los hombres más buscados de México y por autoridades internacionales. Al considerarlo un “capo menor”, en septiembre de 2011 la Procuraduría General de la República ofreció una recompensa de dos millones de pesos por su captura. Nada que ver con las recompensas de 15 a 30 millones de pesos anunciadas por la PGR contra otros narcos en marzo de 2009.

Cuenta con por lo menos cinco órdenes de aprehensión en el estado de Jalisco indistintamente con los nombres de Rubén o Nemesio y también con la combinación de apellidos, Oceguera, Oseguera, Ocegueda y Osegueda.

El primero de los mandamientos judiciales le fue dictado el 12 de agosto de 2011 en el Juzgado Octavo de Distrito en Materia Penal de Jalisco, delincuencia organizada con el propósito de cometer delitos de contra la salud. Promovió un juicio de garantías en Tijuana en 2012 cuya competencia fue declinada a Guadalajara y ahí le fue concedido el amparo.

La voz de alerta a las Fuerzas Federales de que “El Mencho” se movía a placer por el sur de Jalisco y había hecho del municipio de El Grullo su centro de operaciones llevó a las autoridades a instrumentar un operativo el 25 de agosto de 2012. Oseguera Cervantes fue avisado y en su huida se registró un enfrentamiento en el poblado de Amacuautitlán, municipio de Tonaya. Seis presuntos miembros del CJNG murieron.

La búsqueda de Nemesio en carreteras y montañas de los municipios de El Grullo, El Limón y San Gabriel incluyó el apoyo de cinco helicópteros Black hawk y uno tipo Mi-17. Tres federales resultaron heridos y en el lugar de los hechos fueron aseguradas 15 granadas de fragmentación, cuatro fusiles AK-47, una escopeta, un fusil AR-15, dos pistolas calibre 9 milímetros, 113 cargadores y 900 cartuchos para arma de fuego. “El Mencho” escapó.

Esta acción provocó que sicarios realizaran 28 bloqueos de carreteras y avenidas, siete de ellos en la zona metropolitana de Guadalajara, en los que participaron 36 vehículos desapoderados violentamente a sus conductores y a los que en su mayoría los criminales prendieron fuego. Un hombre murió víctima de un disparo al “aire” durante los sucesos. Días más tarde fueron detenidos algunos participantes en los disturbios.

El despegue del CJNG

A partir de 2013 las acciones por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación fueron brutales. Los levantones individuales o masivos, hallazgo de fosas clandestinas y la ejecución de funcionarios públicos se volvieron una constante, al grado de que la entidad sede de la organización delictiva, se ubica en segundo lugar nacional en desaparición de personas y localización de tumbas ilegales.

El 9 de marzo de 2013, a una semana de iniciada la nueva administración gubernamental en Jalisco, fue asesinado el Secretario de Turismo, Jesús Gallegos Álvarez, cuando circulaba en una camioneta Toyota sobre la avenida Acueducto, en el municipio de Zapopan. Algunos sicarios fueron detenidos días después. Confesaron que mataron al funcionario porque financiaba al grupo rival, “Los Caballeros Templarios”.

Luego vinieron desapariciones en julio de ese año, como las de siete jóvenes en Lagos de Moreno y su posterior localización, deshechos en ácido, y una balacera el 9 de octubre siguiente, con duración de cuatro horas, en Tepatitlán de Morelos. En el tiroteo murieron cuatro presuntos sicarios de nueva generación y tres policías estatales.

Entre noviembre y diciembre de 2013, luego de la desaparición de dos agentes federales en Michoacán, se localizaron más de 30 fosas clandestinas y al menos 74 cadáveres o restos de los mismos en un predio ubicado en los márgenes del Río Lerma, en el municipio de La Barca, Jalisco. Los crímenes fueron atribuidos al CJNG y más de veinte policías michoacanos de Vista Hermosa fueron detenidos por estar coludidos con el crimen organizado.

El hallazgo de fosas fue continuo. En diciembre en Zapopan, se descubrieron una serie de sepulcros con 17 cadáveres; en febrero de 2014, otros 19 cuerpos sin vida en terrenos de Tlajomulco de Zúñiga; y en marzo, seis varones enterrados en un cerro de Tlaquepaque. En todos los casos se vinculó a los dirigidos por “El Mencho”.

Para entonces, la violencia estaba en pleno apogeo en Michoacán. El procurador general de la República Jesús Murillo Karam, aseguró que existían nexos entre el CJNG y algunos grupos de autodefensa en Tierra Caliente. El entonces comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, confirmó que los jaliscienses entregaban armas a los policías comunitarios en “una realidad que ya se conocía”.

Rápida recomposición.

Sí algo ha caracterizado a la compañía criminal que encabeza Nemesio Oseguera es su veloz poder de recomposición al sufrir bajas o detenciones de piezas importantes. Así ha ocurrido tras las capturas de Martín Arzola “El 58”, en julio de 2011; Erick Valencia “El 85”, en marzo de 2012; y Nicolás Balcázar López “El Bronco”, en junio de ese mismo año. Todos detenidos por federales o militares.



Siguieron las aprehensiones en septiembre de 2012 en Guadalajara y Zapopan a los hermanos Ramón, Rafael y Jesús Santiago Álvarez Ayala. Ramón “El R-1” fue identificado como el segundo en importancia, mientras que su hermano Rafael “El R-2” o “El Barbas” era uno de los jefes operativos. Fueron aseguradas cuatro armas largas, dos armas cortas, seis vehículos, equipo de comunicación y documentación diversa.

Autoridades creyeron que el Cártel Jalisco Nueva Generación estaba a punto de colapsar cuando el 30 de enero de 2014, soldados del Ejército Mexicano atraparon en una residencia de Villas Universidad, en Zapopan, a Rubén Oseguera González “El Menchito” o “El Júnior”, hijo de Nemesio. Presuntamente era el encargado del trasiego de drogas provenientes de Sudamérica.

En respuesta al operativo de captura, delincuentes incendiaron tres vehículos en diversos puntos de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Tras los hechos, el Consulado de Estados Unidos en Guadalajara alertó a sus ciudadanos para que evitaran desplazarse al sur de la Zona Metropolitana. Cómplices de “El Menchito” también fueron detenidos, aunque a principios de este año, Rubén fue liberado por un juez de distrito.

El 26 de abril de 2014, federales detuvieron en Puerto Vallarta, al presunto jefe de plaza del CJNG, Miguel Ángel Pérez Quintero, de 34 años, y a siete de sus secuaces; el 26 de mayo siguiente, en León, Guanajuato, cayeron otros seis miembros de una célula y se aclararon más de 20 homicidios; y 18 de diciembre pasado, en Zapopan, marinos aprehendieron a Omar Espejo Flores, operador del CJNG en La Ciénega, límites de Michoacán y Jalisco.

En Uruapan, Michoacán, fue detenido el 28 de diciembre el lugarteniente Miguel Modesto Pedraza Juárez “El Pato”, de 38 años; el 3 de enero de este año, en el operativo Alcoholímetro fue arrestado Carlos Enrique Sánchez Martínez “El Cholo”, de 30 años, otro importante sicario; y el 21 de febrero reciente, fueron apresados sicarios del grupo en cuestión cuando pretendían robar el armamento de la organización delictiva “La Corona” de una residencia en Zapopan y fueron atacados a tiros.

Por si no fuese poco, el 28 de febrero de 2015, elementos de la Marina capturaron en Puerto Vallarta, a Abigael González Valencia “El Cuini”, presunto operador financiero del CJNG junto a sicarios mexicanos, venezolanos y colombianos.

En la mayoría de estas detenciones, se aseguraron verdaderos arsenales, vehículos, celulares, joyas y cantidades importantes de pesos o dólares en efectivo, sin que parezcan afectar de manera relevante al cártel, que sigue en pie de lucha y cada vez con más fuerza.

Asesinatos de funcionarios

A los crímenes de policías, fiscales y el secretario de turismo de Jalisco, entre 2011 y 2013, le sucedieron otra serie de homicidios que han desafiado al Estado mexicano y que son atribuidos al Cártel Jalisco Nueva Generación.

El 12 de mayo de 2014, una célula del CJNG emboscó un camión del Ejército Mexicano y asesinó a seis soldados, a quienes encendieron fuego en el poblado de La Estanzuela, municipio de Guachinango.

El 19 de junio de ese año, sujetos armados privaron de la libertad al director de la Policía Municipal de Ahualulco de Mercado, Jalisco, el militar Ricardo Hernández Garduño cuando estaba en compañía de una mujer joven en el municipio de Tala. Aunque días después se informó de su muerte, pruebas genéticas descartaron esa hipótesis. A la fecha el que también fuera director de la Policía de Tijuana sigue en calidad de desaparecido.

Cinco días más tarde, dentro de un vehículo Toyota Camry en un campo de fútbol del municipio de Juchitlán fue localizado sin vida, con dos balazos en el cuerpo Juan Ramón Ramírez Contreras, subdirector de la Policía Municipal de Ayutla, en lo que era un aviso para las autoridades de esa demarcación.

El 3 de agosto de 2014, en el rancho La Mesa, fueron asesinados a balazos el presidente municipal panista de Ayutla, Juan Manuel Gómez Torres y su caballerango. Una célula del CJNG encabezada por el ex jefe policiaco de Unión de Tula y El Grullo, Sergio Hernández González “El Comandante”, de 40 años, perpetró los crímenes con apoyo de policías de Ayutla.

Todos estos sucesos motivaron que la recientemente creada Gendarmería Nacional arribara el 1 de septiembre a Jalisco, considerado estado con debilitamiento institucional y fuerte presencia del crimen organizado. En total llegaron 211 elementos para apoyar las tareas de las autoridades estatales y municipales.



De poco sirvió el reforzamiento, el 22 de septiembre, el diputado federal y ex presidente municipal de El Grullo, Gabriel Gómez Michel, fue privado de su libertad junto con su chofer a plena luz del día sobre el periférico de Tlaquepaque y horas más tarde fue encontrado muerto, calcinado, dentro de su camioneta en un predio de Zacatecas. Dos días más tarde, un soldado murió durante una balacera registrada entre militares y miembros del CJNG en los límites de los municipios de San Martín Hidalgo, Ameca y Tecolotlán, en la Sierra de Quila.

Autoridades de Estados Unidos, del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de los Estados Unidos, aportaron información a la PGR para que el 6 de octubre se desmantelara una fábrica de fusiles AR-15 en Guadalajara que presuntamente abastecía de armas al cártel del “Mencho” y eran llevadas a Michoacán.

En el último mes de 2014, el gobernador de Jalisco Aristóteles Sandoval Díaz, ordenó desarmar a las Policías Municipales de Cocula y Casimiro Castillo para que sus elementos sean investigados por sus presuntos vínculos con el CJNG y la seguridad fue asumida por la Fuerza Única Regional de la Policía Estatal. El subdirector de la Policía de Cocula, Gustavo Valencia Campos, de 41 años y el primer comandante Victoriano Rosas Rodríguez, de 37, fueron acusados de recibir dinero de la organización criminal para permitir la venta de drogas e informar los movimientos de corporaciones policiales a los narcotraficantes.

Durante la noche del 19 de marzo, los narcotraficantes emboscaron a siete unidades de la Gendarmería Nacional que circulaban en convoy por calles del municipio de Ocotlán, cercano a la frontera con Michoacán. En la balacera murieron 11 personas, cinco de ellas agentes federales, dos delincuentes y cuatro civiles ajenos a los hechos.

Fueron dispararon más de 2 mil proyectiles de armas de fuego y hubo daños en 31 viviendas y 29 automotores. Las autoridades aseguraron 10 armas cortas, 18 armas largas, dos granadas de fragmentación y dos granadas de impacto calibre 40. No hubo detenidos al momento, aunque hay seis sospechosos bajo investigación.

Los enfrentamientos han seguido entre pistoleros del CJNG y cuerpos de seguridad. El 23 de marzo, elementos de la Fuerza Única de la Policía de Jalisco en el municipio de Zacoalco de Torres abatieron a cuatro de los presuntos delincuentes, entre ellos Heriberto Acevedo Cárdenas “El Gringo”, quien lideraba una célula delictiva en desde Tlajomulco de Zúñiga hasta Tapalpa. Se le vinculó con el ataque y muerte de soldados en Jalisco el 12 de mayo de 2014.

Además de las autoridades, las actuales batallas de los narcos jaliscienses son en contra de los remanentes que quedan de “Los Caballeros Templarios” en Michoacán y Guanajuato; lo que queda de “La Corona”, que con la excarcelación de Martín Beltrán Coronel “El Águila” buscan recuperar terreno en el Occidente; y contra “Guerreros Unidos” y “Los Rojos” para apoderarse del mercado de las drogas en Guerrero y Morelos.

En Sinaloa y Durango, jefes de seguridad pública y grupos criminales prevén intentos de incursión del CJNG en su intento por conquistar territorios hacia el Noroeste y Norte del país.


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